SACOS ANALES: SUS PROBLEMAS

Los sacos anales contienen dos pequeñas glándulas situadas dentro del ano de perros y gatos, a ambos lados del mismo, encargadas de liberar una sustancia, con características lubricantes para una mejor defecación. Cada saco anal sirve como almacén de la secreción de las glándulas. El único conducto excretor de cada una de las glándulas, de los dos sacos, se abre en el conducto anal.

Es muy característico su olor desagradable pero funcional ya que el líquido que producen son su señal de identidad. Son susceptibles de inflamación e infección produciendo un cuadro clínico de dolor y molestias que producen una conducta bastante característica en el perro. Es un problema que se repite en el tiempo. Puede afectar a una o a las dos glándulas.

 

Infección glándulas anales perros:

La causa de la infección de las glándulas anales en perros no se conoce con certeza, pero sí se sabe que existen diversos factores predisponentes, como la raza, diarrea reciente o heces blandas crónicamente, etc.

En gatos, las enfermedades de los sacos anales son poco frecuentes.

Síntomas

Entre los diferentes síntomas que se producen por la infección de las glándulas anales y en función de la gravedad podemos encontrar tenesmo, dolor anal, prurito anal, tail chasing, presencia de fístula anal, arrastre del ano con algún objeto o por el suelo, cambios de humor y presentación de “hot spot” en zona lumbosacra. Entre los signos de los casos más severos, encontramos la hinchazón dolorosa e inflamación de la zona perineal, visualización de los conductos de drenaje, disquecia (defecación difícil y dolorosa) o estreñimiento, y en ocasiones fiebre. El líquido presenta una coloración de gris a castaño.

Se trata de un problema que se repite en el tiempo y que puede afectar a una o a las dos glándulas.

El tratamiento variara dependiendo de si se trata de una saculitis, un abceso, una fistula o incluso un tumor

Además, para aquellos animales que padecen con frecuencia impactación de las glándulas anales se recomienda una dieta rica en fibras y mantener una buena higiene de la zona perineal.

Un poco desagradable el tema de hoy, pero por desgracia algo muy común en la clínica diaria.

Un saludo

Carlos Quintana

 

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